La pérdida de trabajos, gastos médicos y otros efectos de la pandemia, han afectado la economía de varios mexicanos, a esto le sumamos el incremento de los precios en combustible, canasta básica y la falta de una cultura de ahorro, hace que cada año los mexicanos padezcan la famosa cuesta de enero.
Hay factores en el manejo de la economía a nivel mundial que no podemos controlar y que impactan severamente las finanzas de los ciudadanos, tal es el caso de México que está viviendo la mayor inflación en los últimos 21 años con un 7.36%.
Cuando hay inflación en una economía, es muy difícil distribuir nuestros ingresos, planear un viaje, pagar nuestras deudas o invertir en algo rentable, ya que los precios, que eran una referencia para asignar nuestro dinero de la mejor manera posible, están distorsionados.
Los precios de los alimentos, bebidas y tabaco, así como por los precios de frutas y verduras sufrieron un incremento.
Esta situación es alarmante ya que en México el 40.7% de la población se encuentra en situación de desempleo.
De acuerdo a datos del Banco de México este es el mayor nivel de inflación registrado desde enero del 2001, en ese año se tuvo un registro del 8.11 %
Los pronósticos de Banxico implican un panorama de la economía estancado durante los primeros 6 meses del año, especialmente para las familias mexicanas de bajos recursos que empezaran a consumir menos productos porque no les alcanza el dinero.
