La historia ocurrió en Estados Unidos y es protagonizada por Marion Forrest, una mujer de 86 años quien compró su boleto de la lotería gracias a que Walter, el cajero de la tienda Duke’s Mini Mark, la invitó a hacerlo.
De acuerdo con medios como Good News Movement, Marion compró su boleto para el premio mayor de 500 mil dólares pues creyó en las palabras del cajero sobre que valía más intentar antes que hacer nada. Convencida, la abuelita le dijo que, si ganaba, compartiría el premio con Walter.
La situación terminó ahí, Marion no sabía si ganaría y Walter tampoco estaba seguro si la mujer sería ganadora, ni si repartiría su premio en caso de resultar victoriosa, todo quedaba a la suerte.
Sin embargo, cuando se dieron a conocer los resultados, se reveló que la señora Forrest ganó parte del premio, el cual fue de 300 dólares. Tras recibir su premio, la abuelita que ganó la lotería acudió a la tienda y repartió su premio con el cajero que le vendió el boleto. “Walter, gané”, dijo Marion quien ingresó a la tienda con unos globos y un sobre en sus manos que tenía la mitad del dinero de lo que obtuvo.
Walter recibió el dinero feliz y agradecido por la acción de la mujer y no pudo contener la emoción, por lo que se acercó a ella y le dio un abrazo por la acción de la mujer de honor por cumplir su palabra. Si bien el dinero no es una suma descabellada, la acción de compartir es lo que realmente importó en esta historia.
