Adriana Margarita Reyes Rufino, de 31 años de edad, fue vista por última vez el pasado 26 de enero cuando iba rumbo a su trabajo en plaza Averanda Cuernavaca; a once días de su desaparición su hermano mayor ha escrito una carta hacia aquella persona que privó de su libertad.
TÚ QUE TE LA LLEVASTE:
Hoy me desperté pensando en que todo era solo una pesadilla, que todo había sido solo un mal sueño, que mi madre tenía ese brillo en su rostro, que todo era normal, que la vida nos sonreía, que la felicidad, la tranquilidad estaba llegando a nuestras vidas; pero no era así, porque una persona nos había privado de todo eso. Por eso te digo…
Tú que te la llevaste, tú que la privaste de la libertad.
¿Quién te dio el derecho de decidir si ella debía o no ser feliz?
Tú que le arrancaste ese brillo al rostro de mi madre, tú que nos arrebataste la tranquilidad.
Tú que le quitaste la madre a una niña de tan solo un año.
Tú que te sientes con el poder de decidir sobre la vida de otras personas.
¿Quién eres tú que sin tocarse el corazón decidiste sobre la ley de Dios?
Espero que tú si tienes una madre, una hija, una hermana, nunca sientas este dolor, esta desesperación, esta impotencia de no saber de ellas; de su paradero, de si está bien, si está mal, si tiene miedo; si tiene frío, si tiene hambre.
Espero que tú si aún queda algo de corazón en ti, nunca sientas esto. Que nunca veas a tu madre llorar y desgarrarse por dentro al no saber de ella, que nunca veas a un hijo buscar a su madre, dormir pensando en ella, despertar pensando en ella, esperar tras la puerta a ver si ya llegó mamá.
Espero que nunca sientas ese vacío en su casa, en su cama, en la familia.
Tú que te la llevaste, no sabes las lágrimas que has causado, no sabes el desequilibrio emocional que causaste.
¿Por qué? ¿Por unos cuántos pesos? ¿Por una obsesión? ¿Por el rencor que le tenías?
Si es que tienes hijos, piensa tan solo un poco que sentirías si tu hijo o hija desaparece, no saber si la están golpeando, si la están violando, si la están atormentando, si alguien como tú te la arrebata.
Espero que tú sientas temor de Dios en tu corazón y nos la devuelvas.
¿Qué se siente hacerle daño a una persona que no tiene malicia en su corazón? ¿Qué se siente robarle lo poco de tranquilidad que ella tenía?
Tú que te la llevaste, nos has cambiado la vida; tú que te la llevaste, nos has causado temor. El temor de salir a la calle y voltear a ver si alguien nos sigue, el temor de despertar y ver que alguien más ya no está.
Tú que te la llevaste te pido que por favor la devuelvas, no me interesa quien seas, no me interesa a qué te dediques, no me interesa tener más problemas, solo tráela de vuelta.
Si eres padre o madre espero que jamás sientas ese miedo de despertar y saber que tu hijo ya no está, porque otra persona como tú decidió sobre su vida.
Tú que te la llevaste, nos has quitado a nuestra sangre, te has llevado a una gran persona, trabajadora, humilde, sencilla, una gran amiga, una persona en la que podías confiar.
Piensa tan solo un poco en sus hijos, en sus hermanos, en nuestra madre, si te la llevaste por problemas que alguien más debía, ¿por qué no tuviste el valor de enfrentar a esa persona cara a cara y arreglarlo como el hombre o mujer que eres?
Tú también tienes madre, también eres hijo y tal vez tengas esposa o hijos.
Te pido que nos la devuelvas, te ruego por Dios que nos la devuelvas.
Tú que te la llevaste, espero que el día de tu juicio final, Dios te perdone y puedas estar en el paraíso que él tiene para nosotros. No te deseo el mal, no te deseo la muerte, no te deseo nunca que pases por esta situación, solo devuélvenos a nuestra hermana, a nuestra amiga, a la madre de dos niños.
Solo devuélvela por favor, devuelve a Adriana Margarita Reyes Rufino.
No tienes derecho de decidir sobre su vida ni sobre la vida de alguien más, así como nadie tiene derecho de decidir sobre la vida o tranquilidad de los tuyos.
Espero que Dios te de algo de amor y puedas imaginarte por el dolor que estamos pasando.
Dios te bendiga
Atte: Enrique Reyes, hermano de Adriana Margarita Reyes Rufino