Lissette Pérez Campos, Edgar Páez Mar e Isbeydi Brito Aranda, se encuentran desarrollando un equipo de protección contra el COVID-19 para que los médicos, fuera de las áreas de alto riesgo, puedan trabajar sin riesgos a contagiarse.
Se trata de una bata y una máscara repelente a ese virus con resistencia hasta 14 lavadas de protección que pueden usar desde médicos generales hasta dentistas, entre otros.
Este consiste en cubrir los textiles con un recubrimiento que puede volver a colocarse en esas prendas para extender la vida de las batas y máscara con el fin, también, de contribuir al medio ambiente.
”Incluimos la nanotecnología que refuerza todo este tipo de propiedades a los textiles para que sea algo que realmente ayude a la contención del contagio. Del poco tiempo que llevamos hemos podido identificar que el mercado está exigiendo ya también otro tipo de prendas como overoles principalmente y otros atuendos de trabajo en los que podríamos aplicar esta tecnología”.
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Este es uno de los seis proyectos que el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado financió como una forma de desarrollar tecnología a prueba del COVID-19.