El primer ministro, Giuseppe Conte, también canceló la serie A de fútbol y prohibió concentraciones y clases para tratar de contener la enfermedad.
El Gobierno italiano ha extendido las medidas de aislamiento del norte del país a toda la península para intentar contener el coronavirus, que ya ha dejado 463 muertos, y estudia pedir a Bruselas que le conceda mayor margen de desviación del déficit, que se suma a la ya solicitada, porque el impacto económico será muy significativo.
Las escuelas y universidades seguirán cerradas hasta el 3 de abril, se suspenden todos los eventos deportivos y se prohíben las concentraciones públicas. Son algunas de las medidas incluidas en el decreto que se publicará esta noche en el Boletín oficial del Estado y que entrarán en vigor hoy.
Según el último balance oficial, el virus ha causado ya 463 muertos y hay casi 8.000 personas contagiadas actualmente.
El COVID-19 afecta fundamentalmente a todo el país, pero sobre todo a las regiones de Lombardía, Véneto y Emilia Romaña, que juntas suponen el 40 % del producto interior bruto (PIB).
El impacto económico que este coronavirus tendrá en estas regiones y en el resto de la economía italiana será muy significativo y por eso el Gobierno estudia pedir a la Comisión Europea (CE) que le conceda mayor margen para incrementar su déficit previsto para 2020, después de haber solicitado ya una desviación del gasto público de 6.350 millones de euros netos, equivalente al 0,3 % del PIB.