Este viernes, miles de habitantes de norte del condado de Los Ángeles, en Estados Unidos, fueron evacuados debido a un incendio que amenaza con propagarse rápidamente por los fuertes.
Hasta el momento se contabilizan varias casas destruidas, por el fuego que se desató desde la noche del jueves.
El incendió obligó el cierre de cuatro carreteras, entre ellas la autopista 5, una de las más importantes de California, que conecta el norte y el sur del estado.
Al menos 1,800 hectáreas se han quemado y, según el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire), la situación podría empeorar debido a los vientos que azotan la zona y avivan el fuego.
Otros dos incendios que dañaron varias viviendas se desataron al este de Los Ángeles en el condado de Riverside, donde las autoridades aún tratan de ponerlos bajo control.
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) pronosticó que los vientos que soplan entre 25 y 30 millas por hora (32-48 km/h) continuarán hasta la tarde de este viernes con ráfagas de hasta 50 m/h (80 km/h) en el área del incendio, lo que dificulta el trabajo de los bomberos.
“Necesitamos la colaboración de la comunidad. Cuando se les dice que hay que irse, hay que irse”, advirtió en una conferencia de prensa el jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Michel Moore.
Este incendio se desató dos días después de que las compañías eléctricas de California cortaran por primera vez el servicio a más millón de clientes debido al riesgo de incendios forestales por los fuertes vientos.
