César Rubio es el protagonizta de una de las obras de Rodolfo Usigli, padre del teatro mexicano, puesta en escena en 1938, la cual fue censurada por el gobierno de la época.
El personaje, un profesor que emigra de la Ciudad de México a provincia junto con su familia en busca de un puesto político.
Pero descubre que es el homónimo de un héroe revolucionario y se hace pasar por él con la idea, primero de ganar dinero y luego buscar la candidatura.
“Puede ser que yo no sea el gran César Rubio, pero dondequiera encuentras impostores,
impersonadores, simuladores,…todos son unos gesticuladores hipócritas”, era su lema.
Y al final de cuentas un militar, el mismo que mató al verdadero César Rubio, asesina al profesor en medio de un mitín.
Rodolfo Usigli, concluye de su obra que al final todos son gesticuladores y que los políticos se valen de hechos históricos para su beneficio.
Juan Villoro, escritor también del libro El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, comparó al gobernador Graco Ramirez con César Rubio, el impostor.
“El simulador de Rodolfo Usigli que se dedica a transformar la realidad con sus declaraciones, de lo que dice y hace totalmente lo contrario. Creo que Usigli pudo trazar un traje a la medida para muchos politicos mexicanos y desgraciadamente Graco es uno de ellos”.
Villoro consideró por otra parte que las universidades del país deben tomar el ejemplo de lo que hace la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y tener una participación más activa en temas como el de las fosas de Tetelcingo en Cuautla.
“Si en México tratar de luchar por la justicia se convierte en un acto ilegal, pues bienvenida la ilegalidad”.
-Xavier Omaña-
