Escaparate por Mario Barrera Arriaga
Facebook: mario.barreraarriaga
Entre la reforma laboral y el incesante golpeteo del Gobierno de la República contra la clase trabajadora, atestiguamos desde hace algunos años el ocaso del sindicalismo en México, lo mismo que vemos menguar los derechos sociales y las garantías laborales de la clase trabajadora.
Un breve recuento a manera de evolución contextual de problema:
1.- De la etapa en que el naciente Partido Nacional Revolucionario suplicaba a los “lobitos” del sindicalismo mexicano en los años 30 del siglo pasado, Vicente Lombardo Toledano y Fidel Velázquez para que se sumaran al partido, ha llovido bastante y se han invertido los papeles.
2.- La Confederación Nacional de Trabajadores de México se convirtió en un apéndice aplaudidor del régimen. ¿Quién ha olvidado que en su momento, el otrora líder lechero Fidel Velázquez dijo que el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari se merecía todo, hasta la reelección?
3.- La CTM, que formó parte importante en los inicios del Parido de la Revolución, dejó de ser uno de sus sectores fundamentales desde las reformas estructurales en las que el gobierno mexicano se abrió al comercio internacional en los 80 del siglo pasado y debido a las crisis económicas recurrentes, la clase trabajadora pagó los platos rotos al congelarse sus salarios mientras la inflación crecía a pasos agigantados, con los famosos Pactos para la Estabilidad y el Crecimiento Económico.
4.- La manera como el gobierno de México pretende competir en el plano internacional es abaratando la mano de obra y acotando las garantías sociales y los derechos, así como las prestaciones de la clase trabajadora.
5.- Con la desincorporación de empresas paraestatales y la primera generación de las reformas estructurales en los 90, el gobierno se desentendió de los trabajadores y volcó al desempleo a millones de trabajadores gubernamentales.
6.- Durante el régimen de Felipe Calderón, echando mano del garrote, desapareció a la Compañía de Luz Y Fuerza del Centro.
7.- Dada la rebelión e indisciplina, así como la soberbia principalmente, Elba Esther Gordillo fue encarcelada y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación fue descabezado para poner al frente de él a un incondicional.
8.- En un nuevo golpe en la mesa del actual inquilino de Palacio Nacional se ha apropiado de los organismos de educación en Oaxaca y ha encarcelado a los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que van camino del ocaso.
9.- Estamos también atestiguando el desmantelamiento de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, de las últimas paraestatales estratégicas e importantes para el país, y por ende el homicidio de sus sindicatos.
10.- Lo líderes sindicales emergentes como Francisco Hernández Juárez en su momento simplemente han representado el relevo generacional de los que antaño se enriquecían con ese coto de poder y a costillas de la clase trabajadora.
Ahora bien, no pretendo colocar a los líderes sindicales como mártires del sacrificio a favor de la clase trabajadora. Pero el hecho de que las posibilidades de que nuevamente la clase trabajadora tenga fuerza, sirva a los intereses de los trabajadores y frene la fiebre gubernamental de subastarlo todo –incluyendo a los trabajadores como mano de obra barata- es altamente preocupante.
Las formas importan porque son fondo.
Que el Gobierno de la República recurra al garrotazo como estrategia para doblegar a los que no agachan la cabeza ante sus designios es sumamente peligroso.
La pregunta de fondo es qué futuro aguarda a la clase trabajadora de este país, sin organizaciones gremiales, sin derechos, sin expectativas de ahorro para su retiro y sujetos a la subcontratación, si bien nos va, de apenas un par de meses.
Esta es una de las muchas bombas de tiempo en activo.