La Ley de Herodes por Miguel Ángel Isidro
A pesar de la zozobra generada por la incertidumbre financiera global, y del furor provocado por episodios oscuros como los casos Ayotzinapa, Tlatlaya y Narvarte, queda claro que la seguridad sigue siendo uno de los temas que mayormente preocupan a la sociedad civil.
Las secuelas de la torpe estrategia “antinarco” de Felipe Calderón (que más que abatir sólo reorganizó la geografía criminal del país) aún están presentes en todo el territorio nacional. El gobierno de Peña inició con algunas detenciones y abatimientos sobresalientes, que se vieron ensombrecidos por el turbio episodio protagonizado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, recapturado y retenido por escaso 17 meses, para fugarse de manera por demás escandalosa el pasado mes de julio… Después de la borrachera electoral, que por cierto volvió a colocar al PRI como la primera minoría en el escenario comicial, ante la baja participación de los votantes. El jefe del cártel de Sinaloa se dio a la fuga mientras el equipo gobernante seguía sacudiéndose el confeti de la pírrica victoria que ubicó nuevamente al tricolor como el Rey de las Migajas.
A pesar de los esfuerzos, de la reiterada voluntad de coordinación interinstitucional entre los tres niveles de gobierno y de experimentos de todo tipo, la realidad es que a la fecha no existe en el país ninguna entidad federativa que pueda presumir gozar de un modelo probado e infalible en materia de combate a la inseguridad, ya sea en materia preventiva o de respuesta al llamado crimen “de alto impacto”. La confianza de la sociedad se encuentra severamente vulnerada; ni siquiera la intervención el Ejército y la Marina en zonas estratégicas del país ha representado una total garantía de tranquilidad para los ciudadanos de buen vivir.
Veamos los casos de dos entidades que han sido fuertemente afectadas por la delincuencia:
En Tamaulipas, el gobernador Egidio Torre Cantú ha apoyado fuertemente la estrategia de seguridad de su administración en la estrecha coordinación con el gobierno federal. Millonarios recursos son destinados al sostenimiento de un amplio despliegue de fuerzas federales, así como a la instrumentación de un cuerpo de policía acreditable denominado Fuerza Tamaulipas.
La Estrategia de Seguridad Tamaulipas fue lanzada y es personalmente supervisada por el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien periódicamente se ha reunido con grupos de la sociedad civil para recoger sus opiniones en la materia. Diariamente, el denominado Grupo de Coordinación Tamaulipas reporta detenciones, abatimientos, aseguramiento de armas, enervantes, vehículos y equipos de comunicación, rescate de víctimas de secuestro y tráfico de personas.
Sin embargo, en ciudades como Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, los casos de extorsión y privación ilegal de la libertad han seguido siendo el azote de los ciudadanos; los enfrentamientos entre grupos rivales se siguen presentando, con su natural secuela de bloqueos o alertas de “situación de riesgo” en las redes sociales.
Esta semana, el gobernador Egidio Torre Cantú dio a conocer la designación del general Jesús Martínez como nuevo secretario de Seguridad Pública del estado. El nuevo funcionario, con una importante trayectoria militar, fue recibido bajo un ambiente funesto, luego de que trascendiera el secuestro y homicidio del empresario Juan Manuel Gómez Fernández y de su hijo Juan Manuel Gómez Monteverde, secuestrados en Tampico y localizados sin vida en Pueblo Viejo, Veracruz.
El caso ha despertado una ola de indignación ciudadana, que contrasta con el optimismo de los datos oficiales.
¿Qué está fallando entonces?
Por otro lado, en Morelos, el gobernador perredista Graco Ramírez Garrido Abreu le ha apostado decididamente al Modelo del Mando Único Policial, que con el apoyo del gobierno federal se ha instrumentado como plan piloto en algunas zonas del país.
A la par de la reorganización policial -que implica la eliminación de las policías municipales y su sustitución por un cuerpo policiaco altamente capacitado, bajo una estructura vertical de mando-, el gobierno de Morelos ha inyectado importantes recursos a la modernización de infraestructura, armamento y equipo, incluyendo la creación de un moderno centro de comando y monitoreo, el C-5.
En el caso de Morelos, la política es la que está poniendo el todo discordante en el tema. Como sigue ocurriendo en el resto del país, la delincuencia no ha tenido freno -queda claro que a los malos no les importan ni les impresionan los membretes- por lo que ahora, en algunos municipios -de los 33 que tiene Morelos- se analiza la posibilidad de no ratificar el convenio de coordinación con el estado a partir de enero próximo, fecha en la que tomarán posesión las nuevas autoridades electas en el proceso local de Julio pasado.
Uno de los personajes que han convertido el tema en bandera mediática, es el alcalde electo de Cuernavaca, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo,quien ya adelantó que su administración no continuará con el esquema del mando único, y que reconstituirá su propia policía municipal, con academia propia y toda la cosa.
En respuesta, el Comisionado Estatal de Seguridad de Morelos, Alberto Capella, ha advertido que aquellos municipios que no acepten continuar bajo el esquema del Mando Único podrán hacerlo, pero que debido al protocolo de coordinación, no se les proporcionaría presupuesto, además de que se procedería a desarmar a los elementos policiacos en las jurisdicciones correspondientes.
En Morelos la moneda está en el aire, y es evidente que los protagonismos están marcando el tono de la controversia.
Sin embargo,a reserva de los escenarios y circunstancias particulares de entidades como Tamaulipas y Morelos, una cosa queda clara: los mexicanos queremos seguridad, no importa el nombre que se le quiera poner a las corporaciones ni qué instancia la garantice.
Peor aún es cuando comienza a permear entre la sociedad la idea de que es preferible que los delincuentes establezcan “acuerdos de paz” para proteger sus propios intereses, como se especula ocurre en entidades como Querétaro y Puebla, conde se presume baja presencia de delincuencia organizada (ver el reportaje publicado en el portal noticioso Sin Embargo: http://www.sinembargo.mx/22-09-2015/1494462).
Al final del día, la seguridad queda una vez más como esa incómoda papa caliente, en la que todos tenemos algo de responsabilidad, y a la que nadie le quiere entrar.
DE BOTEPRONTO: Agradezco la invitación del colega Francisco Javier Rojas para incorporarnos a su programa radiofónico “Primera Voz”, a través de La Radical 1580 AM, que transmite desde Mission, Texas para ambos lados de la frontera. Ahí le esperó de lunes viernes con mis comentarios, en la emisión noticiosa de la 1 de la tarde, con repetición a las 9 de la noche. Puede sintonizarla por internet a través de la aplicación TuneIn o visitando http://www.radioimagen1580.com/
Ahí los espero.