Algunos cuernavacos nos pidieron seguir con el recuento de lugares de antaño, que estuvieron en el corazón de la antaño llamada Ciudad de la Eterna Primavera. Y claro que les vamos a seguir platicando de estos sitios, que para muchos traen recuerdos gratos.
Por aquéllos años, recién terminada la década de los cincuentas, es decir, a la mitad del siglo pasado, nuestra ciudad capital era “un pueblote”, como decían algunos turistas nacionales y extranjeros. En el centro, destacaba el tan comentado Hotel Marik, donde se reunía la crema y nata, no solamente de aquí, sino del extranjero.
Entonces, los automóviles circulaban entre el Palacio de Cortés, el Jardín de los Héroes, el Juárez, y hasta había una gasolinera en la calle de Salazar, a un costado de la famosa Casa del Gringo, que llegaba hasta Gutenberg.
Nos dicen que en la planta baja de lo que fuera el Hotel del Parque, hubo un centro nocturno, de mucho ambiente, discreto y elegante, que se llamó “Chez Gastón”. También que frente al Cine Morelos, funcionó un lugar denominado “Shan-gri-la”, en donde los fines de semana había bailes con orquestas de prestigio.
Y ni qué decir de los Thés Danzantes, que domingo a domingo, llenaban de hombres y mujeres las terrazas del Hotel Imperial, justo frente al viejo Palacio de Cortés. Los chicos y chicas de entonces, antes de irse a pegarle al baile, podían echarse sus aperitivos en alguna mesa de la tradicional Casa Cárdenas sobre la calle de Hidalgo.
Años después, a un lado de la Casa Cárdenas, funcionó una pequeña disco, en la planta baja de lo que fue el Pepe´s Moustaches, en el inicio del Boulevard Juárez. Era común, salir del Pepe´s, y caminar rumbo a la calle de Gutenberg, para meterse en el feudo de los hermanos Alvarado, “Harry´s Bar”.
Y a fines de la década de los setenta, llegar a lo que primero se llamó “Los Veintes”, y después “Tabasco Charlies”, era punto de reunión obligado para los juniors locales, y para los que venían procedentes del Distrito Federal. Años después, sobre Gutenberg, El Acuario, donde alguna vez cantara el Divo de Linares, Raphael.
¿Y el Burguer Boy? Estuvo en lo que ahora es una institución bancaria y una cafetería con nombre italiano. Fue la sensación en Cuernavaca, tras la inauguración del Centro Las Plazas, a fines de la década de los 60. Se clausuró después de una balacera, que algunos todavía recuerdan.
A unos pasos, la Peña “El Picaflor”, de Tito Sagahón, que hizo época entre los jovenazos de entonces. Allí comenzó su carrera, Gabriela De la Paz. Cuando inauguraron Las Plazas, surgió El Tótem, y el primer ladies bar, el de César Barrón. También, la Plaza del Sol. ¿La recuerdan?
Feliz año 2015, en el cual esperamos seguir contando con su preferencia. Nos leemos el próximo viernes en otro CUERNAVACA DEL AYER